Historia de Kaïzya de Nouilleaux

por **Kaïzya de Nouilleaux** Jue Ago 21 2008, 13:32

Nombre: Kaïzya de Nouilleaux

Edad: Mil quinietos dieciséis años, habiendo sido transformada a la temprana edad de veintitrés años.

Criatura: Vampiresa

Descripción: Es una mujer alta, de cabellos negros, largos y ondulados, que contrastan sobremanera con su pálida piel mortecina, blanca en su totalidad... el único atisbo de color que puede encontrarse en su delicado rostro son sus labios, color carmesí, y sus ojos, tan fríos que llegan a helar a cualquiera que ose mirarlos fijamente más que el tiempo que ella estime conveniente... reflejan un sentimiento neutral que pocos son capaces de soportar más de unos segundos, y el color azulado que los invade llena de dolor el corazón de cualquiera.
Kaïzya suele vestir con una fina túnica de terciopelo y una capa del mismo material, o con un vestido de seda negra, su color.
Como sus azules ojos indican, es una mujer fría y solitaria, a la que no le gustan las ataduras de ningún tipo. Suele mostrarse distante con la gente, imprevisible y sentimental al mismo tiempo, sin dejar de lado nunca la inexpresividad que tan bien caracteriza su rostro.

Lugar de origen: Lyon, Francia.

Historia: Nació en una familia de clase media, nunca le faltó de nada, pero tampoco se pudo permitir nunca más que pequeños lujos. No conoció a sus padres o, al menos, no recuerda haberlos conocido; se crió con su abuelo paterno, el cual vio que en el interior de la muchacha de quince años de la que estaba a cargo latía una poderosa cantidad de magia aún sin ser descubierta... quizás por ello, la hizo ingresar sin demora en una escuela de magia, la máxima que pudo pagar. Kaïzya odiaba estar atada a una escuela y no poder salir de ella más que en las horas marcadas para ello... finalmente, cuando cumplió los diecinueve, se escapó de aquella escuela para nunca más volver. Nunca volvió a ver a su abuelo.
Comenzó una nueva vida, libre de ataduras y con total libertad a la hora de elegir sus destinos...

Recorrió grandes ciudades de Francia y Europa y, después de cuatro años, conoció a alguien que cambiaría su vida para siempre: Gerard d'Aoullée. Era un hombre interesante, misterioso y bastante apuesto. Como no podía suceder de otro modo, Kaïzya se enamoró de él... o eso creyó ella. Vivió a su lado unos meses, alimentándose de lo que él cazaba, pues desde el primer momento él había sido sincero con ella y jamás le había ocultado que era un vampiro. Aun así, ella le amaba... o eso creía... vivió junto a Gerard hasta que éste recibió una estocada casi mortal en el pecho por parte de un mago que quería acabar con su vida. Kaïzya lo llevó, arrastrándolo a través del bosque, hasta la cueva donde vivían; únicamente había una manera de salvarle, y ésa era entregándole la sangre de un humano. Sangre fresca y limpia...
Sin pensarlo dos veces, Kaïzya dejó que Gerard bebiera de su sangre... podría morir, o podría acabar convertida en un ser como él. Cuando el vampiro sació su sed y recuperó las fuerzas, Kaïzya entendió que ahora ella también era casi inmortal. Era una vampiresa. Gerard le dijo que ya no la amaba y la expulsó de su cueva. En el fondo, muy en el fondo, Kaïzya aún continuaba creyendo que él la amaba, aunque quería protegerla alejándola de él... nunca supo si sus pensamientos eran certeros o equivocados, pues jamás volvió a encontrarse con su vampiro creador.

Su cuerpo de una frágil muchacha de veintitrés años se había visto estancado en aquella etapa para siempre. Sus ojos se volvieron completamente gélidos, y su piel comenzó a blanquearse con el paso de los años.

Un día en el que creía que sus fuerzas iban a terminar, llegó a Bhelannia. Un lugar donde había cinco pequeños pueblos, con apenas una docena de habitantes en cada uno. Decidió que debía poner algo de orden allí, y así aprendió a controlar su sed con los humanos. Llegó a ser la Emperatriz de Darkania, el pueblo oscuro del reino.

Y entonces se enamoró de Lucca Darqua.