Re: Ceremonia de 'El Resurgir'

por **Ibn Dhon** Miér Ene 23 2013, 19:20

Kimy comenzó a protestar un poco por la ausencia de Phoebe: era natural. Aunque, para mi alivio, ella comprendía perfectamente el por qué de mi decisión. Pensé, no obstante, que quizá más tarde iría a por ella, pues el baile se alargaría durante varios días. Al final... quién sabía. Ahora que Kimy estaba aquí, el simpático escarabajo que parecía muy amigable... en general, había conocidos y gente que podría conocer también, algo que la sentaría estupendamente. Todo esto no salió de mi cabeza, tampoco quería que Kimy se hiciera ilusiones.
Brindamos los dos, animando a la Emperatriz y a Lucca para que se unieran a nosotros.
-Sí, ¡por Bhelannia y por el resurgir! - exclamé yo también, por seguir con el mismo nombre que había usado Kimy que figuraba en las invitaciones que se nos había hecho llegar a nombre de la Emperatriz.
Justo después de llevarme la copa a los labios, noté que la puerta del Salón se abría con gran estruendo, provocando que todos los presentes volvieran su cabeza hacia la mujer que, con gran seguridad y educación militar, procedía a cruzar el salón con grandes zancadas. Era una mujer de gran tamaño, imponente, vestida para la Guerra. Noté que Kimy me cogía el brazo, y sonreí. Quizá por eso, la mujer, a quien no recordaba, me hizo honores militares. ¡Resultó ser de Helios, y por eso fui su superior militar durante una época! No obstante, hacía tiempo que no regentaba el Ejército ordinario de Helios y mi función dentro había quedado relegada a una mera posición administrativa y de título, también en parte porque Bhelannia ya no estaba sacudida por ningún conflicto bélico, para nuestra fortuna.
-Me alegra mucho verla - dije, inmediatamente después de su saludo, y respondiéndole de igual manera - Lamento si soy grosero, pero no recuerdo su nombre. Sí me acuerdo de que ambos combatimos juntos para Helios. Deduzco que es, pues, una heliana. Aunque usted sí me ha reconocido a mí.
Esbocé una cálida sonrisa, y aproveché la ocasión para hacer un leve movimiento, con el objetivo de que Kimy dejara de apretarme el brazo. No es que hiciera fuerza, pero me estaba arrugando la manga. Parece que surgió efecto y se dio la vuelta para cuchichear con alguien que, al parecer, conocía de antemano: una muchacha joven con el pelo verde.

por **Holly S. Davis** Miér Ene 23 2013, 20:35

Se rió encantada ante el entusiasmo de Gobo y de Aranhel. ¡Pues parecía que a parte de elegantísimas emperatrices y seres fascinantes también había gente normal por aquellos lugares! Escuchó divertida cómo a Gobo se le hacía la boca agua hablando de la cerveza.

- Aún no tengo nombre, ¿te lo puedes creer? Es lo único que me falta, un buen nombre, un nombre con gancho, pero la verdad, siempre he sido pésima para los nombres. Así que terminaré poniendo lo primero que se me ocurra.– sonrió.

No dejaban de entrar personajes muy pintorescos, empezando por aquella mujer enorme que le daba mucho miedo y parecía una guerrera salida de una leyenda. ¡Vaya, qué espectáculo! Y el tipo con la capucha parecía la misma muerte; un escalofrío le recorrió la nuca y el pentagrama que tenía allí tatuado. Y es que eso que se decía de que las brujas adoraban a la muerte y rendían culto al diablo era bastante leyenda y muy poco verdad.

Gobo se alejó con rumbo a los exquisitos manjares y Aranhel parecía mirar los rostros de los conocidos, quizá deseando ir a saludar.

- Es increíble la gente que te puedes encontrar en este sitio – murmuró un poco para sí misma y un poco para la chica del pelo rosa. – Es una mezcla de personajes de leyenda, de cuento y de pesadillas. Me apuesto el caballo a que algunos de estos invitados se han escapado directamente de las páginas de un libro – se rió. Cuanta más gente veía, más cómoda estaba. Casi se sentía tentada de proclamar su condición, aunque solo fuera por no sentirse tan vulgar entre tanta fantasía. Pero recordó que debía ser cautelosa, pues la mala fama de su raza la precedía – Conoces a mucha de esta gente, ¿verdad? Es maravilloso. Voy a buscar algo más de beber. – su copa se había quedado vacía hacia mucho tiempo.

Deambuló por las mesas, aprovechando cualquier despiste para inspeccionar los invitados, curioseando sus gestos, sus ropas, oyendo fragmentos de sus conversaciones. La emperatriz, el mago, la guerrera, todos la atraían y le daban miedo al mismo tiempo. Era genial observarles: de nuevo se sentía viva.

por **Reginleif** Miér Ene 23 2013, 21:00

Aguardando alguna orden del que creía seguir mandando en el ejército, Reginleif se dio cuenta de que hacía mucho tiempo de la guerra, ella misma no había utilizado su lanza desde hacía meses, los cuales pasó volando entre la luz del norte, sobre su pegaso.

Un soldado no se debe sentir especial si no es por sus honores, ni mucho menos esperar que sus superiores recuerden su nombre. Por eso, percatándose de la relajada situación, destensó algunos músculos y adoptó un semblante más relajado para responder a Dhon, aunque manteniendo mucho respeto igualmente.

Valkiria Reginleif, 'la Herencia de los Dioses', de la división aérea, señor. Cerró sus ojos azules al terminar la frase, aliviada y enorgullecida por ostentar tal cargo. Las valkirias siempre han sido vanidosas, dentro de un límite sano, casi siempre. Después, tras escucharlo hablar y reconocer la memoria de la guerrera, le contestó con un esbozo de sonrisa (algo que, sin bebida, no se le daba muy bien): Mi gente dice: Dos cosas son las que nunca has de olvidar; tu tierra y a tu mentor. Volviendo a mirarle a los ojos, pero con algo más de humildad, continuó. Sí, luchamos por Helios. Y lo defendemos por todos sus habitantes, señor. Le agradezco mi ingreso en filas; tampoco he olvidado a Koch. Se quedó pensando en todos los papeles que ambos magos le habían ahorrado rellenar, gracias a sus contactos y autoridad.

Aunque no lo expresaba, le era grato haber coincidido con Dhon en la fiesta. Miró las copas y vasos de los demás y volvió a pensar en echar un buen trago de hidromiel, por lo que, sin quedar descortés, no dando del todo la espalda, agarró una jarra y volvió a girarse hacia Dhon, reabriendo un nuevo brindis solo audible por él. Por el resurgir. Por Helios. Bebió hasta el fondo y suspiró con gratitud.

por **Kaïzya de Nouilleaux** Miér Ene 23 2013, 21:19

La sala comenzaba a llenarse, tal vez demasiado para el frívolo gusto de la vampiresa, aunque no dejó que aquella sensación tuviera cabida en su semblante. No opuso resistencia cuando Lucca se soltó de su mano y fue a refrescarse a otra mesa, pues lo que menos le apetecía era que alguno de sus invitados se sintiese poco cómodo con aquella especie de fiesta que se estaba montando. Saludaba a cada recién llegado con una leve inclinación de cabeza, los conociera o no, cuando fijaban su mirada en ella -aunque a veces era tan efímera que parecía que le temiesen por algún motivo.

Lo que no se esperaba en absoluto era la gran entrada triunfal que les brindó lo que con toda seguridad era una valkiria.

Era obvio que sentía desagrado hacia cualquier contacto físico que no desease, y más aún cuando no se lo esperaba... quizá precisamente por ello no le dio tiempo a reaccionar. Se dejó apretar por aquella enorme mujer, que le sacaba más altura de lo que le había parecido en un principio. La vampiresa parpadeó cuando por fin el aire corrió entre ambas, e intentó tomarse aquella efusividad como algo parecido a un mero saludo, tal vez cargado con algún deje de admiración.

- Es un placer teneros entre nosotros en esta celebración. Los caballeros Dhon y Lebending de Helios me han dado buenos informes de vuestras hazañas en los tiempos difíciles de Bhelannia - le dedicó una breve inclinación de cabeza, y observó cómo después se presentaba con buen orgullo de valkiria. Reprimió una sonrisa, aunque en su fuero interno le hacía gracia la manera que tenía aquella gran mujer de expresarse.

Buscó con la mirada a Lucca, encontrándose por el camino con la terrible mirada de Kantz, a quien realmente hacía mucho que no tenía el placer de ver... en persona. Lo encontró charlando con una dama a la que no reconoció, y en ese momento se dio cuenta de que, tal vez, hubiera más gente hospedada en Bhelannia de la que habría afirmado si le hubieran preguntado unas horas antes.
Por casualidad escuchó parte de otra conversación, protagonizada por la que iba a ser la regente de una nueva taberna y posada. No la conocía en persona, pero le agradó la primera impresión que tuvo de ella.

Con la mano derecha sujetaba la copa que Dhon le había llevado caballerosamente unos minutos antes, y aunque su cuerpo no lo necesitaba, dio un suave sorbo.

por **Kytzia De Aure** Jue Ene 24 2013, 05:38

La pequeña joven había recibido aquella misteriosa carta anunciándole un baile, ¿Cuándo fue mi último baile?, se preguntaba constantemente la joven de carmesí cabellera, no obstante decidió asistir sin más preámbulo, no conocía las costumbres de la vestimenta , por lo que opto por un vestido rojo corto que hacia juego con su llamativa cabellera, la joven con un paso dudoso entro por aquella enorme puerta, observando a todos los presentes sin recordar a nadie, pero sus ojos se posaron en aquella llamativa cabellera morada que estaba con un numeroso grupo, volviendo a sentir la joven de carmesí cabellera de nuevo aquel sentimiento de aturdimiento, tomando la decisión de alejarse de aquel grupo, pero sin darse cuenta había chocado con una hermosa mujer de cabellera azabache y un hombre encapuchado

-Oh disculpen, no fue mi intención

La joven de carmesí cabellera al mirar los ojos de la hermosa mujer, le recordó por alguna razón aquella mujer extraña Aelo, con la cual se había encontrado hacia poco tiempo y con la que nunca concluyo aquel trato

-Señorita la conozco de algún lado?

por **Lavinia Swingle** Jue Ene 24 2013, 10:28

Sentí una gran opresión en el pecho que me dejó sin aliento unos segundos antes de que pudiera a volver a respirar con normalidad. El corsé me apretaba muchísimo y me sentía incomodad con él; era el peor invento jamás creado en cuanto a moda.

-¿En serio es necesario esto, mamá?-mi voz sonó ahogada al estar cubierta por el vestido que la sirvienta, Meli, me ayudaba a ponerme. Era de color naranja, las mangas se quedaban a la altura de los codos y llegaba hasta los pies. Y tenía un horrible lazo a la altura del pecho. Mi madre me miraba sonriente desde la cama, pues se había puesto enferma hacía unos días a causa de un resfriado y debía guardar reposo.

-Sería descortés no ir a la fiesta después de recibir la invitación, Lavinia, y en mi estado no puedo ir-tosió-. Ya sabes...

-Sí, sí, ya. Que me comporte como una señorita-me sabía la lección de sobra. Aunque no era de mi agrado, mi madre se había encargado de educarme y darme unos buenos modales para asistir a acontecimientos como este. Meli terminó de recogerme el pelo en un elegante peinado y me miré al espejo.

-Estáis preciosa, señorita-me dijo. Era una mujer de mediana edad que había entrado a trabajar a nuestro servicio cuando la salud de mi madre empeoró-. Y el color del vestido resalta vuestros ojos.

Respondí con un ''gracias'' apenas audible y me despedí de ambas. Sin embargo, antes de salir de la casa, me escabullí hasta una de las habitaciones y, con unas tijeras y mucha maña, conseguí quitar el lazo del vestido. Así por lo menos me sentiría menos ridícula.

Llegué a la sala de la fiesta bastante después. Era la primera vez que entraba en el castillo y me había quedado impresionada. Me pregunté para mis adentros si aún me acordaría de las clases de baile que me dio mi madre hacía mucho tiempo cuando escuché la música. Eché un vistazo rápido a los presentes; no conocía a nadie. Decidí acercarme a dos chicas, una de ellas me llamó la atención por su pelo rosa, y empezar a conocer gente.

-Hola-las saludé, animada.

por **Aelehndel Le Fay** Jue Ene 24 2013, 17:51

Luego de mucho, muchísimo tiempo retornaba a Bhelannia. Me había ido hacía ya casi dos años, quizás más quizás menos, había perdido la noción del tiempo hacía mucho, demasiado. Al llegar a casa me había encontrado con que parecía deshabitada desde hacía tiempo y que una carta con aspecto de oficial (no una, sino más, a nombre de los distintos habitantes de la casa) descansaba en la puerta.

Apenas había tenido tiempo de nada, solo una ducha rápida, ponerme algo que no fuera un desastre sobre mi enjuto cuerpo, puesto que en los últimos tiempos había adelgazado de más. Entré en la sala, estaba llena de personas, caras conocidas y desconocidas que me estaban mareando cada vez más. Me dolía la cabeza, por qué había tenido que aceptar aquepla maldita invitación? Bueno, era la mejor manera de volver a la vida del reino porque, la verdad, no tenía idea de nada. Me acerqué a la mesa de las bebidas y cogí una copa, observando todo con curiosidad pero cohibida al tener que acostumbrarme a todo de repente...Otra vez.

por Invitado Vie Ene 25 2013, 00:56

El ángel de la muerte no parecía tan receloso esta ocasión, viendolo inclinarse hacia ella, Lilit observo detenidamente el rostro de su interlocutor. Irónico era el destino, ambos habían sido castigados por dos figuras de poder supremo, él con su aspecto era temido, y a ella le habían dado belleza infinita, y aún de esa manera su belleza también era temida por los que no se cegaban y veían su verdadero ser. Incomoda desvió su mirada, sin que en su semblante delatara algo, a una chica que se aferraba a la manga de un hombre. -El Hades a estado aburrido, y nunca es malo salir a despejar la mente.- le cortó, algo en la presencia de Kantz la molestaba, aquella interrogante de saber si era él quien le había cortado la existencia seguía en su cabeza.

Demasiado cerca estaba Kantz para su gusto, y la atracción que los mortales y el elixír de su sangre era para ella una bendición para la reina vampira, dando un paso lejos de él se concentro en lo que él le señalaba. -Sí, esta imagen les parece muy atractiva, pero si vieran mi verdadera imagen saldrían por pies más rápido de lo que digo "Dame tú sangre".- le respondió sonriendo sardonicamente, los ojos lechosos del ángel tal vez no vieran el mundo, pero tal vez eran capaces de ver la imagen demoniaca de la reina del Hades.

-Tengo curiosidad, ¿es verd...- comenzó a hablar viendose interrumpida por un ligero golpe que venía de una joven con cabellos rojos. Lilit la miró divertida, aquella chica no estuviese ofreciendo disculpas si el incidente hubiese ocurrido en otro sitio, pero hoy había tregua... -Descuida, solo ha sido un accidente.- respondió colocando en su bello rostro una amable expresión. Observo como era escudriñada por los raros ojos de la chica de cabellos de fuego. Vamos, tal vez y podría convertirse en el postre... -No, no creo conocerla. Hace largo tiempo que no camino sobre estas tierras...-sonrisa, claro aquello era un chiste privado.-Mi nombre es Lilit Abrahel...- y el titulo se quedó en su garganta, presentarse como la reina del Hades causaría un buen revuelo en aquella extraña reunión, sería dar explicaciones que tal vez no eran buenas de dar. Miro de reojo a Kantz, si él sacaba el tema de el titulo de Lilit era su decisión, él llevaba más tiempo en estos reinos, tal vez debía dejar en claro quien era...

por **Kantz** Vie Ene 25 2013, 02:21

-Entiendo- Asintió, murmurando por lo bajo. -Perdone me insolencia, pero ¿no había mejores cosas que hacer en el Hades? Digo, teniendo almas para torturar, o en la falta de estas, algunos demonios... -Rió. No pudo evitar hacerlo al ver mentalmente la imagen de Astaroth siendo torturado. Era obvio que no le tenía ningún aprecio a aquella criatura, mucho menos después de su último encuentro en el castillo de Darkania.

-Es comprensible que huyan. No por su apariencia, sino por lo que puede sucederles si se quedan. En lo personal, preferiría si se quedan. Me darían más trabajo, ello, claro está, si usted no se queda con sus almas antes- Muchos hubiesen pensado que aquellas últimas palabras eran una amenaza. Sin embargo, no era posible determinarlo. El tono de voz y el rostro del ángel permanecían inexpresivos, pétreos, carentes de sentimiento alguno.

Kantz desvió su rostro hacia la chica de pelo rosa, Aranhel. Tenía mucho tiempo de no verla y se alegró sinceramente de que estuviera allí. Le dedicó una ligera sonrisa cuando ella lo vio, seguida de una leve inclinación de cabeza. Todo esto antes de que la chica de pelo rojizo llegara a interrumpir las palabras de la sucubo. El ángel, nuevamente inexpresivo, dirigió una rápida mirada a la chica, mas sonrió cuando adivinó los pensamientos de su primer interlocutora. -Hubiese sido divertido- Murmuró, casi imperceptible.

Arqueó una ceja ante la postura defensiva de Lilith. No había mencionado lo de su puesto en el averno, y él tampoco lo haría. Esperó a que la mujer terminara de responder la pregunta de la chica, para luego interrogar él mismo.- Disculpe, ¿me decía? ¿De qué tiene curiosidad?

por **Kytzia De Aure** Vie Ene 25 2013, 03:01

La joven de carmesí cabellera seguia intrigada por aquella mujer y el hombre de extraño aspecto, dio unos cuantos pasos mas hacia ambos, pero la vibra que destilaba de la mujer confirmaba lo que pensaba un poco mas, asintió ante la presentación de la mujer de azabache cabellera

-¡Mucho gusto Lilit y señor encapuchado, soy Kytzia De Aure!

Al menos desde el encuentro de aquella con la que compartía su mismo rostro, había sabido su apellido, al notar que había interrumpido aquella conversación entre la hermosa mujer y el encapuchado

- Lilit Abrahel,¿ conoce usted a una mujer llamada Aelo?

En la voz de la joven se denotaba todo indicio de curiosidad y casi de afirmación, ya que esa misma presencia que transmitía la mujer de cabellera oscura como la noche la tenía aquella extraña chica de cabellos largos plata

-¿Es acaso usted la señora de aquella chica Aelo?

por Invitado Vie Ene 25 2013, 03:32

-Perdono su insolencia. Y lo confirmo, hay trabajo en el Hades, pero por ello tengo miles de subditos que se encargan de los trabajos de tortura. Me reservo hacerlo personalmente cuando la persona que llega a mis tierras tiene algo que me interese o por lo menos me entretenga.- lo miró con curiosidad abierta al escucharlo sacar un ruido extraño, como si se hubiese ahogado, y con sorpresa comprendió que se había reído al notar sus labios contraidos en una sonrisa. ¿Qué era lo que le divertia?

-Mis victimas mis almas, señor Kantz. Es lo justo, ¿no lo cree? Es el pago por la perdida de tiempo con un mortal.-sentenció con una ceja arqueada, parecía que el ángel amenazaba, ¿pero a quien? Ella no le temía, ya estaba muerta, y quien se atreviese a intentar destruirla lo pagaría caro, no por ella, era parte de su maldición. Ella viviría y vería morir a todos, era el pago de su insolencia.

Al escucharlo murmurar aquello que para muchos era casi inaudible, una sonrisa divertida y sincera se coloco en sus carmesí labios. -Aceptamos una tregua. No nos queda otra opción...- le murmuró en el mismo volumen de voz, audible solo para el ángel destructor.

Colocó su atención, o al menos eso parecía en la pequeña cabellos de fuego. Algo en la mirada extraña de la chiquilla le intrigaba. -Un placer señorita D Aure.- un gesto de asentimiento con la cabeza y la escuchó, sus ojos celestes brillaron con la chispa de la comprensión al escucharla nombrar a una de sus vastagas, Aelo. -Así es, Aelo es mi chiquilla. Veo que tiene la fortuna de conocerla. Espero y Aelo se comportara de una manera adecuada.-

Comentó manteniendo la facha de calma. Bien su desconocido titulo ya no era desconocido, ahora venian los tratos de realeza, las miradas de miedo y todos los murmullos. -Solo quería saber si era verdad sobre algunos asuntos con supetrificado corazón. Pero la mirada de la chiquilla de cabellos de color alcachofa me ha resuelto mi curiosidad...- comento volviendo momentaneamente su atención a Kantz. En verdad tenía curiosidad, y mirando a la chica alcachofa planes perversamente divertidos comenzaban a escribirse en su mente.

por **Kantz** Vie Ene 25 2013, 04:32

-No sé qué tan justo pueda parecer. Si considera que es una pérdida de tiempo, pues debería dejar que yo me encargue de ello. Yo no lo considero una pérdida de tiempo, lo disfruto. Le diré, ahora mismo, en este lugar, puedo ordenar mi trabajo sin participar en ello, y podría hacerlo así siempre, si lo desease, mas prefiero participar de vez en cuando en mis labores. En fin... De seguro encontraremos una solución a este dilema, ¿no es así?- Sonrió nuevamente, pero el sarcasmo estaba impregnado en aquellos labios descarnados.

Ahora se dirigía a la recién llegada: -Puede llamarme Kantz, si así lo desea, señorita De Aure- Otra inclinación de cabeza. El negro bastón cambió de mano y el ángel quedó esperando que un destello metálico acariciara su rostro, pero este nunca llegó. Maldijo por lo bajo el no haber traído su querida guadaña. Dio un resoplido y volvió a la conversación con más interés. Tal parecía que aquella no era la única sucubo en estas tierras. Debía imaginarlo...

-Por ahora no queda otra opción, señorita- Comentó refiriéndose a eso que sólo ellos dos comprendían -Ahora, ¿a qué clase de asuntos se refería? Debo decir que ya ha pinchado mi curiosidad- Confesó -Aunque podríamos tratarlo en otra ocasión, más en privado. Ahora estamos celebrando, ¿o me equivoco?-

por **Kytzia De Aure** Vie Ene 25 2013, 04:55

La joven intento desviar su atención de la primeras palabras de la joven azabache pero era imposible no tenerles un ápice de atención tan solo al mencionar eso, sentía que algo se regocijaba en ella, quizás era aquella parte suya que aun permanecía dormida en su memoria la cual había sido hacia algunas lunas, eran los pensamientos que pasaban por la cabeza de la joven de carmesí cabellera, así que intento de ignorar todo esto al escuchar lo que decía la mujer de Aelo, recordando aquellos dos encuentros

-A si es señora, ella fue …. Bastante amable y convincente a mi parecer y muy buena para hacer dobles tratos
La joven volteo su mirada al hombre encapuchado cuando este se presento , a lo cual si su vestimenta no fuera tan corta y reveladora le hubiera dedicado una reverencia a ambos

-¡Es un placer señor Kantz!, aunque no se con que otro nombre llamarle

¿chiquilla de cabellos de color alcachofa?, la joven duda ante esas palabras y si la mujer se refería a ella ¿o quizás era a la propia Aelo?, por alguna razón la joven sospechaba que era a ella ya que la forma intensa de la mujer de mirarle le hacia sentir extraña de cierta forma pero aun asi la pequeña carmesí no desistió de bajar la mirada de la joven

-¿Si les soy inoportuna me retiro mis señores?, para que ai puedan continuar con lo que yo de muy mala forma los interrumpí

por Invitado Vie Ene 25 2013, 06:33

-¿Cuándo lograremos hablar seriamente, señor Kantz? Lo que menos necesitamos son enemigos, y usted lo sabe. Tal vez usted pensará "un enemigo más me es indiferente", pero solo recuerde que yo como enemiga no soy indiferente, y si muy letal...- sentenció con tono ligero, aunque ambos sabían que ella hablaba muy seriamente. Dando un paso adelante se acercó a la chica de cabellos de fuego, quien sabe que hubiese hecho su pequeña Aelo con la pequeña De Aure, pero podía ver una fuerza vital tentadora en ella...

Cogió un mechon del cabello de la chica pelirroja y le sonrió con una peligrosa dulcura. -Un eclair como tú nunca me molestaría...- le miró apreciandola con perversa amabilidad. -Espero que mi pequeña Aelo no te causara alguna mala impresión... Es un poco agresiva y descuidada en ocasiones.- paso un frío, palido y suave dedo por la mejilla tibia de la chica pelirroja. "Control, Lilit, tal vez en otra ocasión..."

Regreso al lado del ángel destructor alzando su bello rostro para mirarlo con picardia. -Ya he resuelto mi curiosidad, no creo necesario mantener esa charla con usted. Además algo me dice que si quisierá obtener buena información de ese asunto no debería de preguntarle a usted...- Miró con un brillo extraño a la chica de cabellos rosas y volvió a centrar su atención en Kantz. -Esto n es lo que tengo por definición de "Fiesta", pero en estos reinos parece que es lo mejor que obtendré...- miro con hastio a la gente que se arremolinaba. Algunos parecían interesados en su charla, y ella solo se preguntaba cuando comenzarían las tontas presentaciones o a oir que la llamaran "Su alteza"....

por **Kantz** Vie Ene 25 2013, 07:07

-Creo que en nuestros dos encuentros hemos hablado muy seriamente, señorita. Y se equivoca, no la menosprecio como enemiga, pero reitero mis palabras: "soy celoso con mis labores". Sin embargo, despreocúpese, no me interesa tenerla como enemiga, y si he de ser sincero prefiero no sea así. También, creo haber mencionado con anterioridad, mi persona debe ser su menor preocupación por ahora. Sé que, en su mismo reino feliz, habrá quienes deseen ver su cabeza junto al cráneo de Baal-zebub- La réplica, al igual que la de su acompañante, era tranquila, pero el tono serio se escondía detrás de las palabras. Mas, era sincero con todo lo que decía.

Negó con su cabeza a las palabras de la chica. Era claro que tenía otros nombres, pero prefería verse en el lodo antes de mencionarlos por nueva cuenta. Pero sí le dijo: -No se preocupe. Ya escuchó a la señorita. Nuestra conversación no es necesario tratarla. Mas si desea detalles, de lo que sea, sabe dónde y cómo encontrarme.- Las últimas palabras iban para la sucubo -Dudo que alguien más sea capaz de contestar- Sentenció, mirando a su vez a la mujer que miraba su contemporánea.

-¿No está conforme con la fiesta, su majestad? ¿Desea que se haga algo más?- Ironizó Kantz ante las últimas palabras de Lilith. Era por fastidiar, claro. Miró de nueva cuenta a Kytzia y le habló con una voz algo cálida, similar a aquella que escuchan sus víctimas poco antes de morir. -Señorita, ruego cuide sus pasos- se inclinó hacia la chica y llevó su mano a su boca -Hay criaturas en estas tierras con las cuales no conviene juntarse. Puede tomarme de ejemplo, si lo desea, pero al menos seré sincero con usted- Se enderezó y luego sonrió sarcásticamente a la reina del Hades.

Otra vez, comenzaba a divertirse.

por **Lucca Darqua** Vie Ene 25 2013, 12:00

Tras tener que dejar a su grupo para refrescarse un poco con agua (inconvenientes de necesitarla constantemente), el maerum observó cómo la afluencia de criaturas al gran salón se iba incrementando. Hechiceros, elfos, una valkiria, la misma muerte... Posó su mirada en este último. Tan solo había oído hablar de él como 'Kantz' , pero no hubiera imaginado tan sombría apariencia de no haberla visto con sus propios ojos. Tras echar un último vistazo a Kaïzya, bien acompañada por el caballeroso Dhon y un pequeño grupo de mujeres, redirigió sus pasos hacia el ángel de la muerte.

*Ese grupo de ahí tiene muy mala pinta, espero que no vaya a producirse un incidente; mejor voy a asegurarme de que todo marcha bien* pensó mientras andaba, y enseguida llegó hasta ellos. Era de notar la tensión que envolvía sus conversaciones como una cortina de hielo... *Seres muy oscuros* pensó, pero su propia estancia en Darkania en tiempos remotos le había ayudado a entenderlos mejor.

- Buena velada, permítanme interrumpir -se introdujo en la conversación. Emperador de Aquis, Lucca Darqua, a su servicio -dijo mirando a cada uno a los ojos y estrechando manos: una chica de rojizos cabellos (pero que en su mirada no se hallaba el fuego de Volca), Kantz, y una notable vampiresa, pero muy distinta a su amada... en su esencia podía notarse algo oculto y tenebroso...

- Solo voy de paso hasta llegar a mi acompañante -señaló con la cabeza hacia Kaïzya, a unos metros, cerca de una pared de la sala. ¿Está todo bien por aquí, disfrutan de la velada?

por **Aranhel Tonks** Vie Ene 25 2013, 14:01

-El mejor nombre es el que se te ocurre sin reflexionar, siempre pasar, siempre se encuentra por casualidad.-* hago una ligera reflexión, y era cierto, nunca me paraba mucho en pensar en los nombres o en su verdadero significado, era algo que nunca me había llamado la atención. Luego no pude evitar reirme cuando hizo alusión a los personajes de cuento, era verdad, aquí había una variedad muy variopinta de seres, te puedes encontrar con cualquier tipo, incluso con la muerte. Mientras cavilaba eso le devolví el giro de cabeza a Kanzt con media sonrisa, ya lo abordaría más tarde*.- Puede ser que estemos salidos de un cuento, pero no todos somos lo que parecemos, por ejemplo este no es mi verdadero cuerpo.-*le sonreí enigmaticamente*.- No soy humana.-*le mencioné para que reflexionase un poco y se atreviera a averiguar o a intentar saber que soy*

*Seguía apareciendo más gente, pero la quee más me llamó la atención fue mi querida Aeleh, estaba un poco alejadas de nosotras y al mejor no nos había visto. Me moví un poco hacia la derecha para dejarme ver entre la gente y pedirle con un gesto que se acercara con la esperanza de que me hubiese visto esta vez*

por **Aelehndel Le Fay** Vie Ene 25 2013, 15:25

La gente me di cuenta de que estaba como en grupitos, y yo que había desaparecido hacía tanto tiempo y con la pésima memoria que tenía, los observaba con curiosidad, intentando acordarme de los rostros y ya de paso de los nombres, porque sin nombres parecería una completa idiota olvidadiza. Aunque claro, por desgracia ya había tenido lapsus de faltas de memoria en aquel lugar y seguramente la gente que conocía se acordaba de ello...Buf.

Dejé la copa que había cogido, ya vacía, en la mesa y por hacer algo cogí otra, ahora distinta, pues era de color marrón claro. No tenía ni idea de lo que estaba bebiendo, además de que no me gustaba abusar de cualquier cosa que llevara alcohol...Luego hacía cosas de las que me tocaba arrepentirme y bueno, pues ya había tenido bastante hacía sus años. Sonreí y sacudí ligeramente la cabeza al ver a una pelirrosa que parecía que me hablaba a mí. Respiré hondo y me acerqué a ella, que estaba con otras dos chicas más.

-Hola! Cuánto tiempo, no? Qué tal?- una bombillita se encendió en mi cabeza y me acordé perfectamente de quién era. Por todas las diosas, si era mi Ara! Le di un afectuoso abrazo sonriendo ampliamente, antes de dirigirme a las otras chicas -Me llamo Aelehndel, llamadme Aeleh por favor- me presenté alegre -Encantada

por **Kimy De Aure** Vie Ene 25 2013, 15:43

Me solté del brazo de Dhon , para voltearme mejor hacia mi prima

-Kyrie ven, vamos a brindar, por favor-no sabia si mi prima vendría asi que le puse ojitos de borreguito que siempre funcionaban con ella, pero no puedo evitar sonreírle a la valkiria ante su forma de presentarse eso, si era digno de admirar, a lo que me hacia pensar que últimamente estaba pasando mucho tiempo en Nathur ya que muchos de los presentes en la fiesta ni los conocía y menos reconocía, me había dedicado mientras la conversación de Dhon, Kaiz y la gran mujer seguía a mirar a todos los presentes, una hermosa dama se había presentado ante Kaiz, muy guapa pero su olor no me agrado en nada , venia junto a Kantz, a lo cual incline mi cabeza enforna de saludo , una vez que se marcharon volví mi atención al grupo con el que estaba

-¡Pues entonces por el resurgir de Bhelannia, que sus tiempos sean mejores que los de antes, y su vitalidad vuelva!-levante mi copa con entusiasmo, mientras miraba a Kyrie y le tendía la mano

-Ven Kyr n.n- al voltearme hacia mi prima me pareció ver una cabellera roja pero era la de Aeleh no obstante hubo una segunda cabellera que llamo mi atención la cual se reunía con Kantz y la mujer del mal olor ,¿acaso era ella?

por **Kytzia De Aure** Vie Ene 25 2013, 15:58

Las palabras de la hermosa mujer hacia el hombre le confirmaban a la joven de carmesí cabellera que era una mujer de cuidado pero eso hacia que la joven se sintiera mas intrigada por la mujer, pero ante el acercamiento de esta y el tacto la pequeña carmesí tan solo se quedo en el lugar donde estaba permitiendo aquel acercamiento, levantando levemente su ceja derecha ante el levantamiento de su carmesí mechón y el primer comentario de la mujer lo que provoco que su tonalidad de cabello bajara hasta su blanquecino rostro

-Es un placer estar con ambos señora, no se preocupe Aelo fue bastante atenta, aunque pude notar que suele ser algo egoísta

La pequeña desvió su mirada hacia el señor encapuchado, escuchando atenta sus palabras las cuales les pareció irónicas

-Tiene razón señor Kantz pero en estos días yo diría que nadie es buena compañía de cierta formas se corrompe el alma, y cada paso se está en peligro, es digno del señor encapuchado muerte mencionar eso señor

Las palabras de la joven fueron interrumpidas por la llegada de un hombrecillo azul ¿extraño? Pensó la joven al ver el aspecto de este, pero tan solo desvió su atención a este y una leve sonrisa apareció en sus blanquecinas comisuras

-Gracias señor emperador, me permite una pregunta ¿sabe acaso quien es aquella joven de verde cabellera que esta casi junto al grupo de la vampiresa y la joven de cabellos morados?

por **Godith Adenai** Vie Ene 25 2013, 16:11

Había vuelto a rescatar aquel vestido negro que me hice para la última fiesta de etiqueta que se celebró en el reino y, curiosamente, me encontraba nerviosa. Era la primera fiesta en la que íbamos Canace y yo prometidos de manera "oficial" y eso hacía que se me retorciera el estómago ligeramente, puesto que sabía que era capaz de gritarlo a los cuatro vientos en medio del Castillo de la Emperatriz y como que no, que estaba demasiado loco.

Aún así yo le había pedido que, por una vez, llegáramos juntos a la Sala, que era más bonito. Me estaba volviendo algo moñas la verdad. Por propia seguridad también me había ido a cazar antes de arreglarme para la fiesta, aunque claro, al final no había ido a cazar aunque me había alimentado igualmente...y, claro, llegábamos tarde. Al entrar en el lugar estreché mi mano enlazada con la suya, entre nerviosa y avergonzada.

-Hay más gente que la última vez, ¿no?- le comenté observando a la gente con una sonrisa, viendo mucha más gente, aunque yo lo veía más bien como un montón de desconocidos, algunos bien apetecibles. Respiré profundamente y negué con la cabeza ligeramente, intentando no preocuparme por ello, pues se suponía ya no tenía razón de ser ese problema.

por **Canace De Aure** Vie Ene 25 2013, 16:26

*Canace se deleitaba con la hermosa vista que le brindaba su prometida, la morena se veía exquisita en aquel vestido que bueno era digno de recordar del último baile*

-¿Sabes lo guapa y sexy que te vez asi mi amor?*el joven notaba lo nerviosa que se encontraba la morena por lo que se inclino ligeramente hacia el oído de la joven*- ¿Amor porque estas nerviosa?, anda vamos tranquila sea lo que sea nada malo pasara *el joven sin soltar la mano que lo unía a la joven la atrajo con su otra mano hacia el levantando su mentón y besarla por unos segundos, no antes sin notar como la joven miraba a los demás*

-Si no te sientes cómoda , simplemente nos marchamos y hacemos nuestra propia fiesta*Canace había bajado levemente su tono de voz posando su boca en le oído de la joven* -si te da sed , sabes que aquí estoy no te debes de reprimir God, ignora a los demás *Canace había subido ambas manos de la joven y las beso dedicándole a esta una radiante sonrisa*-¡Vamos amor a divertirnos y bailar que la noche es joven como nosotros!

por **Godith Adenai** Vie Ene 25 2013, 16:44

Asentí y le miré de reojo, aguantándome las ganas de reír por su comentario, me tocó morderme la lengua pues sabía que lo más seguro es que le recordaba a momentos muy...divertidos, al igual que a mí y no tenían que ver precisamente solo con el vestido. Y cuando me besó evité pegarme demasiado a él, cosa que costaba pues olvidaba continuamente que estábamos rodeados de gente que lo más seguro es que nos mirase. Suspiré y negué, mirándole y sonriendo.

-A ti estas fiestas te encantan, no te preocupes- me gustaba que se vistiera con esos trajes que le quedaban tan bien y aunque no me gustase bailar disfrutaba al verle así, tan vivo. Me estremecí, avergonzada y me sonrojé -No te preocupes, no tengo sed, ya nos hemos asegurado bastante en casa- me reí por lo bajo y tragué saliva -Está bien, vayamos a buscar a gente conocida- al menos así no me parecería estar en un lugar descolocado.

por **Canace De Aure** Vie Ene 25 2013, 17:08

*Canace sonrió con diversión al escuchar las palabras de su prometida*

-¿tanto se me nota que me encantan?, jajaja que te diré mi vida crecí entre fiestas y bailes de esta índole, me encantan es algo de familia ciertamente, te puedo apostar que la mocosa fue una de las primera en llegar y que anda por ahí buscando una víctima para que baile con ella toda la noche. Se que no te gusta mucho bailar pero prométeme que bailaremos una pieza amor, la primera ya como prometido jejeeje*Canace la mira directamente a los ojos cuando la morena menciona lo de la sed*-Eso no quita que te entre de plano en cualquier momento, y por el amor de todos los dioses no huyas como la ultima vez mira que te conozco a la perfección y soy capaz que se repita lo mismo lo de los jardines de nuevo* el tono del joven era una mezcla de diversión perversa y amenaza lo cual se reflejaba claramente en su mirar*Canace volvió a estrechar su mano con la de la joven entrando al fin en aquella gran estancia*

-Tu me dices con quien quieres que estemos amor ,mira por haya veo unas manchas verdes y purpuras y creo que por ahí*el joven se percato de varias cabelleras rojas a lo cual no pudo evitar sobresaltarse un poco intentando que la joven no lo notara a quien miraba el* -está tu madre

por **Godith Adenai** Vie Ene 25 2013, 17:25

Sonreí y me encogí de hombros, mirándole con una ceja alzada. Llevaba tanto tiempo a su lado que saber esas cosas era ya algo normal...Y aún así seguía sorprendiéndome de vez en cuando, que era genial. Asentí, aceptando aquello que me decía sobre bailar. Ya sabía yo que me iba a tocar bailar y bueno, que remedio...Pero bueno, una pieza o dos no me iba a importar, al menos no demasiado.

-No te voy a morder aquí en medio ni loca- mascullé poniéndome más colorada todavía bajando la mirada. Desde aquella noche en aquel jardín que había nombrado ya se dijo que no iba a volverle a morder fuera de casa, porque luego no nos podíamos contener y pasaba lo que pasaba. Me encogí de hombros, me daba igual con quién estar, tenía buenos amigos en el reino y era genial pasar un rato con cualquiera de ellos.

Iba a contestarle cuando mencionó aquello y me puse rígida. Parpadeé varias veces, digiriendo aquella noticia y busqué con la mirada nerviosa la, fácilmente distinguible, figura de mi madre. Estaba relativamente lejos y parecía entretenida hablando con algunas mujeres más, aunque la veía demasiado delgada. Apreté los labios y volví a dirigir la mirada hacia la bicolor de mi prometido.

-No...No pasa nada, vamos a bailar- le pedí sonriendo ligeramente, estirándole ligeramente por nuestras manos enlazadas en dirección a la pista de baile. Me tenía que concentrar para no pisarle ni caerme y eso me evitaría la incómoda situación que se crearía si me ponía a hablar con ella en aquel lugar. Habían cambiado demasiadas cosas y no quería admitirlas de pronto.

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